jueves, octubre 19, 2006

Nubes.

Me encantan los días nublados. Me gustan mas que los días soleados. El día perfecto es un cielo con muchas nubes blancas (las nubes oscuras no me parecen tan bonitas), formando curiosas figuras como pegotes de plastilina pegados en una cúpula.

Pero es mucho mas que eso, la luz diaria es mucho mas auténtica y todo se refleja tal como debe ser. Con esto, no quiero decir que todo parezca mas deprimente, sino que los dias nublados aportan la naturalidad y la realidad del día cotidiano. Todo es como mas neutro, es mas facil juzgar las cosas de esta manera. En definitiva, todo parece mas objetivo.

Normalmente con las nubes suele llegar la lluvia. Eso ya no me gusta tanto, sin embargo estamos faltos de agua, con lo que cualquier aportación pluiviométrica desde el cielo se agradece.

Por desgracia, apenas hay tiempo hoy en para quedarse tirado en el cesped , sin hacer nada y contemplar las nubes pasearse por el cielo.

En fin, son cosas que se van perdiendo a medida que maduramos y que dificilmente podremos recuperar.

Saludos a todos.

3 comentarios:

b3ni dijo...

La verdad que un día nublado es único. Existen multitud de formas y diferentes tipos de colores en los días nublados. Formado paisajes bonitos y sobrecogedores.

Me atrevería decir que hay muchas más variedad que tipos de dias soleados.

Por otra parte, aunque no estemos tirados en el cesped, podremos seguir disfrutando de ello. No dirás que no estubo bien, cuando fuimos de excursión a la vereda de la estrella, aunque luego no eramos personas.

Saludos y a seguir re-descubiendo cosas chulas.

Magu dijo...

Juanmilla, comparto contigo ese gustirrinín por los días nublados. La verdad es que parece que uno va más tranquilo en un día nublado que en uno de lluvia o uno soleado.
Además, cuando pasean, las personas miran más a menudo al cielo, temerosos de un posible cercano chapetón, y, aunque lo que busquen allí arriba sea una predicción inmediata o a corto plazo del tiempo, le echan un vistazo a lo que hay arriba, y así pueden, aunque sea por unos instantes, perderse en esa inmensidad cubierta con nubecitas que le dan un toque diferente.

Anónimo dijo...

Pues a mí me gustan los días de sol, me animan más la vida. También es verdad que unas nubecillas de vez en cuando hasta son bien recibidas, te quitan el sol, te dan fresquito.. tienen su encanto.

Pero como soy de extremos, también me encanta la lluvia, me encanta que me llueva, ponerme chorreando mientras das vueltas por la ciudad es... especial, hasta romántico diría yo.

Si alguno no ha tenido la oportunidad de hacer el pollardo bajo la lluvia con una hembra en plan pasteloso, que lo apunte en tareas pendientes, os aseguro que es una experiencia fantástica!!